Había una vez una leñadora.

Era fuerte y disciplinada.

La contrataron y se vino arriba.
El primer día estaba tan entusiasmada que cortó más árboles que el resto de compañeros del aserradero.

 

Al día siguiente quiso batir su propia marca, y, aunque se levantó más temprano, redujo considerablemente el número de árboles cortados.

 

Pensó que quizá la paliza del día anterior, la fiesta de bienvenida y el madrugón habían hecho mella en su rendimiento, y decidió irse a dormir pronto y descansar.

 

Contaba con volver a superar su número del primer día, pero el tercer día fue pésimo.
Y el cuarto, aún peor.
Y el quinto, y el sexto…

 

Lo curioso es que se sentía con fuerzas, y su energía no había caído.
No podía entender qué le ocurría.
Veía que sus compañeros paraban a descansar, y ella ni siquiera se tomaba un respiro.
Estaba esforzándose al máximo, trabajando más horas que nadie, y los resultados eran cada vez peores.

Estaba tan frustrada, que decidió tirar la toalla.

 

Pidió una reunión con las personas que la habían contratado para presentar su renuncia.
Cuando le preguntaron por qué quería dejarlo, les explico lo decepcionada que estaba consigo misma.

 

Una de las personas que estaba en esa reunión le preguntó cuántas veces había afilado el hacha desde que había llegado.

😨 ¿𝗔𝗳𝗶𝗹𝗮𝗿 𝗲𝗹 𝗵𝗮𝗰𝗵𝗮?
¡Nunca!
No tengo tiempo.
Ni siquiera me tomo un descanso, como los demás.
Estoy demasiado ocupada intentando cortar el mayor número de árboles posible…

 

🪓 Y, ¿Qué crees que hacen el resto de personas cuando van a descansar?

😲

¿Te suena?

Probablemente, has observado que personas que dan la sensación de tener menos capacidades que tú, menos disciplina que tú, menos constancia que tú, están triunfando con su negocio.

Lo que quizá se te había escapado hasta ahora es que esas personas 𝗶𝗻𝘃𝗶𝗲𝗿𝘁𝗲𝗻 un tiempo a afilar su hacha frecuentemente.
Sí, sí… 𝗜𝗡𝗩𝗜𝗘𝗥𝗧𝗘𝗡.
No gastan, no pierden tiempo.

 

Le dedican espacios en su semana a trabajar en su propio negocio para hacerlo crecer.
A afilar el hacha.

Y no hablo de publicar en Redes Sociales o grabar vídeos con bailecitos y filtros.

 

Hablo de dedicarle tiempo a la Estrategia.
A la investigación.
A la planificación.

 

Hice una encuesta en Linkedin haciendo esta pregunta, y estos fueron los resultados:

 

Encuesta en Linkedin sobre el tiempo que las empresas dedican a afilar el hacha

 

Aunque no hubo miles de respuestas, creo que la muestra es significativa.

 

El 40% de las personas que respondieron no dedican NADA de tiempo a su propia estrategia.

0 minutos.

 

El 60% solo UNA hora.

 

La verdad que las opciones de respuestas iban con un poco de coña, (por lo de una o ninguna) pero te aseguro que nadie especificó en comentarios que le dedicasen más… 🙆‍♀️

O bien no se entendió la broma, o bien, lo que es verdaderamente preocupante, es que sea así…

 

🧠 Piénsalo.

Si tú dedicases 90 minutos con una Mentora cada quince días y un par de horas más cada semana para poner en práctica las dinámicas que te plantee, ya estarás adelantando por la derecha a un altísimo porcentaje de negocios que le dedican una o ninguna….

 

Dime:

¿Cuántas horas dedicas tú en la actualidad a afilar el hacha?

¿Cuántas querrías dedicarle?

 

Y dime también:

¿Cuántas le dedicas a Netflix, o HBO, o YouTube, o X o Y?

¿Cuántas le dedicas a Instagram o a otra Red Social?

Si no lo sabes, te recomiendo que te instales este software, tanto en tu ordenador como en tu teléfono.

 

Envíame un email y cuéntame cómo te organizas.

 

Tengo la agenda abierta para responder a preguntas sobre las Mentorías Individuales.

Puedes reservar hora aunque no tengas intención de contratarme.

Así nos vemos un rato y charlamos de la vida, del amor, o del sexo de los ángeles.

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